El material de esta composición consta de sonidos electrónicos, sonidos de procedencia humana (lenguaje, risa, latidos del corazón, etc.), sonidos mecánicos (sonidos de metal) y sonidos concretos (trenes, aviones, etc.). Los sonidos concretos describen hechos a la manera de un diario acústico. Los sonidos «abstractos» se mezclan con facilidad con los «concretos», creando así un continuo entre lo «real» y lo «fantástico», lo «figurativo» y lo «no figurativo», entre lo «objetivo» y lo «subjetivo».

En la última página del libro conté la historia de un hombre que se propone la tarea de dibujar el mundo.
A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de naves, de torres, de caballos, de ejércitos y de personas.
Poco antes de morir, descubre que ha trazado la imagen de su cara.

(J.L. Borges)