El preparador físico

En febrero de 2010 fui invitado a participar en La Fiesta de las Flores y de las Frutas en Ambato. Preparé una composición sobre un texto de Juan Gelman (Lamento por el Sapo de Stanley Hook), para un grupo Rock, mis objetos sonoros y electrónica. Linda experiencia. Aprendí a ensayar de diferente manera, a percibir el sonido con el cuerpo, a manejar códigos de comunicación para mí hasta entonces desconocidos y varias otras cosas, entre otras, lo que es un «preparador físico».

El «preparador físico» fue tema continuo de la conversación durante los preparativos del viaje a Ambato. Los músicos solicitaban su presencia importantísima, la organizadora, con voz seria, manifestaba que nó, no habrá «preparador físico». Al final sí hubo «preparador físico» y claro se me aclaró explicitamente su ministerio: el «preparador físico» es un muchacho, muy bien informado en las artes afines, que acompaña a los rockeros todo el tiempo y que no cesa de leer en los ojos de los músicos sus deseos del momento: cerveza, whisky, una dosis, muchachas. Una vez confirmado el mensaje desaparece y solo vuelve a aparecer con el trofeo en cuestión.

Me presentaron al «preparador físico», un muchacho muy simpático y quedé informado de su papel. En algún momento durante los ensayos se me acercó y me pregunto, ya que mis ojos no decían nada, si deseaba algo. «Sí», le dije, «agua». Después de unos segundos desconsolados sus ojos brillaron y me preguntó entusiasmado, «claro… con que?». «Con gaz», le respondí. Confusión. Sus ojos buscaron los de Lucho, el jefe de la banda, y él lo aclaró de manera fulminante. «Déjale, déjale, así mismo es».

Abril 11 de 2010