Noticias Cultura La voz del otro Mesías Maiguashca

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2061 Gustavo Lovato para EL COMERCIO Domingo 18/08/2013 1.-

Mesias Maiguashca: Sonoridades de Identidad (documento en proceso) La música de Mesias Maiguashca redefine el concepto de nacionalismo musical en el Ecuador y por lo tanto plantea la necesidad de nuevos parámetros musicológicos de acercamiento a sus obras, que si bien tienen una clara línea tecnológica de avanzada no es menos cierto que en ellas también se pueden encontrar claramente elementos sonoros que dibujan un “horizonte musical” muy preciso. Horizonte musical que a su vez es parte de una “geografía sonora” que define auditivamente al ser humano que la habita. Conceptos como los que acabo de exponer tales como Horizonte sonoro, geografía sonora, solamente son posibles en el lenguaje sonoro de las obras del compositor. Otros conceptos como: “paisaje sonoro” o “reportaje sonoro” se hacen indispensables en la aproximación al mundo musical de las obras de Maiguashca; que son al mismo tiempo una aproximación al mundo sonoro del hombre que habita estas tierras. En ese sentido la relación del compositor con la geografía musical de estas tierras define un carácter sonoro que es a su vez parte de una identidad musical. El paisaje sonoro en la música de Maiguashca define tanto al ser ecuatoriano (de manera general) cuanto al ser quiteño (de manera local). Desde su obra Ayayayayay compuesta en la década de los 70, Maiguashca dimensiona de varias maneras algunos rasgos de la identidad sonora ecuatoriana. Estos rasgos que a veces son sutiles no están solo relacionados y por lo tanto no limitados al uso de ritmos, melodías y armonías del lenguaje musical de la tradición, sino que tienen que ver con un concepto más amplio de producto o fuente sonora, por lo tanto se extiende a los objetos sonoros y a los sonidos propios o que se producen en la ciudad, el campo, la selva y que se combinan con el viento, la lluvia, el aleteo, el graznido, el susurro, el lamento, el grito etc., etc. en definitiva lo sonoramente ecuatoriano o lo particularmente quiteño como el vendedor del diario (Últimas Noticias es único en la ciudad de Quito). El Himno Nacional del Ecuador, la paila (de hacer fritada o de hacer helados) son parte del paisaje sonoro único que nos define (sonoramente) como sociedad. Otro concepto innovador y necesario en la apreciación del mundo sonoro del compositor es el de “objeto sonoro” que representa no solo el aspecto físico (con diversas formas) sino también el metafísico de un objeto que es a su vez la fuente emisora de sonoridades. Encuentro particularmente conmovedor el objeto sonoro utilizado como elemento central del Canto a la Tierra, la más reciente obra del compositor (Quito, 21 de junio 2013). Tiene forma de Cóndor (inclusive está pintado con los colores del ave símbolo del ecuatorianismo y emite sonidos atosigantes, desgarradores y conmovedores, que nos hacen meditar en la angustia, la desesperación y el profundo misticismo logrado no solo como una alusión sino como una alucinación de la realidad sonora que existe solo en la obra de arte creada por el compositor. Varias obras desde su Ayayayayay hasta las más recientes como, Boletín y Elegía de las Mitas , Canción de la Tierra, (a lo largo de su carrera) parecen implicar una suerte de carácter nacionalista por el uso de elementos sonoros que forman parte de la identidad sonora ecuatoriana, lo cual en primera instancia nos conduciría a una catalogación casi espontanea pero equivocada al fin, si nos limitásemos al concepto de nacionalismo musical para abarcar la obra de Maiguashca. Eso acarrearían serios e irreparables vacíos, por ello es necesario y con la urgencia que requieren los procesos acelerados de transformación de las sociedades, el aprendizaje y comprensión de la obra del compositor mas allá de los paradigmas arrojados por el tejido social de esta sociedad que más ha limitado que ha propiciado el desarrollo. 2.- Canción de la Tierra: Espacio, Tiempo y Sonido El estreno de la última obra del compositor ecuatoriano Mesias Maiguashca “Canción de la Tierra” (que lleva el mismo nombre de una de las últimas obras compuestas por el compositor bohemio post romántico Gustav Mahler, en una clara alusión conceptual), realizado el día 21 de junio del año en curso 2013, fue sin lugar a dudas un gran acontecimiento artístico musical que deberá marcar un hito en la Historia de la música en el Ecuador (o lo que es lo mismo de la música ecuatoriana). Para poder entender mejor esta afirmación es necesario analizar la obra bajo la óptica de diversos parámetros: (Debo mencionar que ningún análisis formal-estructural ha sido hecho aún sobre la obra y por lo tanto lo único que cabe es confiar en la valoración subjetiva de la audición realizada en la fecha señalada). Espacio: La Canción de la Tierra de Mesia Maiguascha da comienzo con los sonidos generados por el objeto sonoro ubicado en el centro del tinglado acústico trazado para la ejecución de la obra. Este objeto en forma Cóndor (esta forma que puede ser una mera casualidad aunque sus colores son definitivamente alusivos) es al mismo tiempo una fuente de producción sonora muy compleja y simbólica no solo por la forma (cóndor) sino también por su ubicación estratégica en el centro de este tinglado acústico en el que cada agrupación se ubica con una presencia conceptual como en los rituales de la tradición ancestral en donde los guerreros se ubican en cada punto cardinal: Al norte; orquesta de instrumentos andinos, Al sur; banda sinfónica, Al este; coro masculino, Al oeste; coro femenino; objetos sonoros en el sureste y en el noroeste. Nada más estratégico que lo diseñado por este maestro de la acústica musical, que se ha convertido casi sin saberlo en el shaman o taita que distribuye certera y adecuadamente la tarea a cumplir por cada grupo musical. Recuerdo que la Música

para percusión cuerdas y celesta de Bela Bartok ya puso sobre el tapete el diseño acústico como parte del organigrama musical de la obra, pero nada comparado a las fuerzas que están en juego en Canción de la Tierra de Mesías Maiguashca: Orquesta de instrumentos andinos, instalación de objetos sonoros, banda sinfónica, coro mixto y electroacústica, es decir todo un complejo musical. Si reflexionamos brevemente debemos coincidir en el hecho de lo inusual (fuera de lo común) de este complejo sonoro. Complejo sonoro en el que también se encuentran definidas las directrices sonoras claramente orientadas hacia las sonoridades eólicas, guturales y aerófonas (claro con la excepción hecha de los instrumentos de cuerda-guitarra que a decir del propio compositor casi son un error) en esta clara alusión a la sonoridad andina- precolombina en donde el viento se hace hombre y el hombre se hace aire. Por otro lado es innegable el gran reto que supone poner en equilibrio estas fuerzas para que funcionen juntas. Personalmente considero que en este particular proceso Maiguashca obtuvo uno de sus mayores logros con esta obra. La relación sonora de la banda sinfónica con los instrumentos andinos será motivo de fuente de estudio para las futuros orquestadores del país que quieran lograr la conjugación de dos agrupaciones tan disimiles en cuanto a fuerza sonora, y que en esta obra se logra de manera magistral y esto se debe claro está al dominio de la técnica de instrumentación y orquestación, al conocimiento científico de los registros sonoros y al dominio de las intensidades. Tiempo Hay un tiempo físico y un tiempo musical, cada uno rige en su respectivo mundo. Fuera de ellos los hombres simplemente navegamos en el infinito y muchas veces en el vacío. El tiempo circular es el que nos mantiene en contacto con el sol, la tierra, la luna y las estrellas, y ese es el que nos guía para adentrarnos en el mundo de la naturaleza más celeste. Este es el tiempo de la cosmovisión andina y es el tiempo que nos propuso Mesías Maiguashca en su Canción de la tierra. Aunque sin saberlo nos deslizamos al tiempo circular desde un punto de partida hasta un punto de llegada, nos propusimos pasar de la noche al día juntos en un tiempo que nos unió como comunidad, tal vez como no lo habíamos hecho en muchos años (tal vez cientos?). No importó el frio de las 5am, solo importo este llamado ancestral de ser andino-ecuatoriano identificado con los montes, vientos, sol, luna. Y ahí estuvimos un 21 de junio en pleno solsticio de verano esperando con la música de nuestro maestro y guía el cambio de la noche al día, y con él la llegada del astro que fue venerado por siglos en estas tierras. Un acto casi sagrado al que solo pudo convocarnos un Mesías. Sonido: De la Disonancia a la Consonancia Desde el punto de vista del lenguaje musical (tonal, a tonal, micro-tonal, electro-acústico, modal, espectral), la obra es quizá una de las más complejas hasta ahora compuestas por compositor ecuatoriano alguno, dado que varios de estos lenguajes fueron utilizados de manera fluida quedando de lado las dificultades que esto pudo haber conllevado. Pero por sobre todo uno de los rasgos más conmovedores de Canción de la Tierra de M. Maiguashca es el uso desinhibido de la Disonancia como lenguaje natural de la misma (Disonancia entendida no desde el punto de vista del lenguaje armónico tradicional sino desde parámetros que van más allá como la aceptación de ruido y distorsión sonora). Sin embargo, No hay nada de extraordinario en el uso de la disonancia por parte de Maiguashca, lo extraordinario es que el público y los músicos interpretes la apreciaron (“toleraron”) sin reparo alguno, eso por si solo es un gran mérito del compositor que nos ha hecho gustar la disonancia, nos ha hecho amanecernos amando la naturaleza con sonidos que jamás toleraríamos en otras condiciones (acaso las audiencias en los conciertos de música contemporánea son amantes y tolerantes de la disonancia?)…Bravo maestro un triunfo del lenguaje ultra contemporáneo sobre la pasividad de la sociedad en plena revolución ciudadana. (Recuerdo haber visto al ministro de cultura del Ecuador, señor Paco Velasco, en el concierto presentado a las 5 am en el Itchimbía, buscando respuestas a este performance musical nunca antes experimentado en los más de 6 años de la revolución ciudadana) La obra de Maiguashca que se desarrolla ininterrumpidamente por una hora termina de manera casi surrealista con la resolución de la Disonancia en el reposo con el cambio a la Consonancia, (también esta resolución no debe ser entendida como la resolución desde el punto de vista de la armonía tradicional sino con una visión mucho más amplia de un cambio de lenguaje a otro lenguaje en el que las tensiones a ser resueltas se expresan por ejemplo en la necesidad casi espiritual de cantar y dejar que el ser se exprese, ese ser ecuatoriano que se identifica con la canción mas antigua que nos llegó desde mas allá de la colonia hasta nuestros días) Lo extraordinario de este aparentemente sencillo juego de equilibrios es que la llegada de la consonancia (expresada en el canto modal de origen indígena conocido como Yupaychishca y conocido en el mudo católico local como Salve Salve Gran Señora) está ligada a la llegada del Sol que restablece con su presencia y con su magnificencia el orden de los desórdenes naturales y de esta manera cerrando un círculo perpetuo que se abre y se cierra anualmente con la llegada del Jatun Punja o Inti Raymi y en esto nuevamente Mesías se anotó otro gran logro , cumpliendo con el compromiso casi mágico de hacernos participes de un milagro sonoro. Gracias Mesías.